26.5.23

Profecía

Se cumplió la profecía de fuego, se quemó el bosque y me pinte el pecho con sus cenizas. Visceral amor surgiendo de las profundidades del abismo, pupilas dilatándose hasta el mismísimo infierno. Quien me iba a decir que el viento tenía razón todo este tiempo, y que su verdad tumbaría mis muros en el momento preciso. Te miro y pienso en el millón de probabilidades de que no sucedieras, y sonrío y te abrazo y me ahogo en esta felicidad difícil de digerir. Siento el trueno de tu presencia en las entrañas de mi ser, oigo la llamada del destino en tu voz susurrando mi nombre. Me tocas y siento el universo alineándose con cada una de mis células.

Convertiría mi fe a la religión de tu sonrisa si pudiera. 

14.4.17

Los fantasmas de tu nombre

Ya no me perturba tu presencia en los reflejos de los cristales, en cada sorbo de cerveza. He aceptado la realidad y ahora identifico tu nombre en las palabras de otra lengua. De vez en cuando me dejas dormir, y despierto sin saber donde esta mi norte. Todavía pesas
Pesas en mi conciencia
Y en mi ser
Y en la soledad que abrazo
Cuando miro al cielo
Y no comprendo nada.
Me pesas dentro,
Y aunque duela
Me pesaras toda la vida
Porque veo tus pesadillas
En los ojos de la gente triste
En el gris metro de Oslo.
Tan lejos del recuerdo
Y del fantasma de tu nombre
Y aún así te encuentro siempre
En las entrañas del presente.

13.9.16

004

La nieve sucia en las calles del desorden,
Desorden de amor, de voz,
de luces sordas.
Cuán bello puede llegar a ser el fracaso,
Me lo merezco por ser un bosque ardiendo.

La lluvia esta cayendo y duele tanto
Que mis pasos se han perdido en el asfalto.
Estoy haciendo de mi ser una poesía
Y no habrán labios que se atrevan a rimarme.
Voy a ser volcán en el Atlántico,
El vapor de la discordia sobre el pecho,
Voy a morir de frío en primavera,
Y dejar que el vendaval muerda mi cuerpo.



25.6.16

Chi mi a rithist thu.

¿A quién quiero engañar? 
La verdad está ardiendo en cada una de estas pesadillas que me atormentan por las noches. Todas esas oscuras casas de cimientos corroídos, llenas de gente y a la vez vacías, toda esa agua turbia

en la que

me estoy

ahogando. 

Ahora estoy aquí
despierta
entre toda esta niebla, 
preguntandome por qué no pude evitar mirarte a los ojos y decirte que sin poder pararme a pensar, por qué fuiste capaz de romper la lógica que pronunciaba mi Saturno,
por qué no pude evitar marcharme apretando las fauces para no dejar escapar ni una sola lágrima, 
pensando que quizá así todo sería más sencillo. 

La indiferencia duele mas que el alambre de espinas de todas tus fronteras clavado en mis entrañas. 
El silencio me mata más rápido que los colmillos despedazando mi carne.
Ahora cicatrizas entre mis líneas,
hasta que  pueda borrar ese instante
que me hizo plantearme 
de qué lado está el universo. 

Quizá algun día
nos veamos de nuevo
salvajes 
y libres
puros
y eternos
como lo fuimos 
mucho antes de nacer.
y no recordemos
nisiquiera nuestros nombres
y todo esté oscuro
y reine el vacío
y se nos vean los huesos 
bajo el pelaje 
                de invierno.

Mira Nedyalkova



16.6.16

.

Que suerte tendrá la tierra que guarde tus huesos,
Cuando ya no habites estas realidades,
Que afortunadas serán las manos
que te acompañen cada mañana hasta la puerta,
Y te arañen la pena con sus dedos blancos
Y sus uñas rojas
Y su anillo de plata.

Que suerte tendrá
Tu casa de madera,
Y el aire que transformes en canto,
Y el sí que te aleje para siempre
del demonio de los solos,
Y las noches que te duerman
Con el arrullo del viento.

Yo tengo la suerte de conocerte,
Y quizá la suerte de quererte un poco,
Lo necesario para entender
que mejor será que me vaya
Para que algún día encuentres aquello
que te haga sentir que tienes
la suerte de estar despierto.

7.6.16

El camino mas oscuro.

Veo el vasto vacio a mi alrededor. Incansable, recorro los caminos profundos de tu ser para mostrarte el jardin de lo que llamamos alma. Ven, dejame llevarte de la mano a explorar el bien llamado infierno.


Eh ahi tu mayor miedo,
he aqui tu mas temido secreto,
debes dejarme verlo.

Confia en mi, no quiero hacerte daño. Estamos atravesando el portal ahora,  no abras los ojos, revive el momento en el que respiraste por primera vez.

¿Que sientes?
¿Es acaso la vida mas dolorosa ahora
que en el primer momento
en el que viste
                      la luz?

No temas, estoy aqui contigo.
Vamos a seguir avanzando. 

El sol cada vez se apaga mas, aqui no llegan sus rayos.
Entramos en la fosa mas profunda de tu existir.

Solo un paso más,
Pero te advierto:


Cuando estemos
completamente desnudos
En la antimateria del alma
no habrá donde esconderse.



3.6.16

Intenté hacerme eco en tu penumbra.

Siempre quieto para que nadie sepa que respiras, y a pesar de ello se oye cantar a todos los demonios que te aterran. Pobre criatura, revolviéndote en tu oscura existencia, intentando encontrar una muerte que no te corresponde. Pobre chiquillo, siempre vagando en los raíles viejos por los que la vida duele un poco menos. 

Ojalá pudieras verte con los mismos ojos con los que yo te veo. 

Él no lo sabe, pero en su boca tiene mil palabras de tormenta, y un millón de universos, y un vacío que nunca se acaba. Dentro de él se esconde una montaña sagrada, un enorme diamante escarlata. Tiene dos manos para crear, y un bosque entero, y una vida por delante. Lo tiene todo, pero su mente es la constelación del miedo. Intenta estudiar el cielo, convertirse en maestro astrólogo de los sueños, pero se olvida de observar sus propias paradojas. Las ecuaciones no son exactas, pues están formuladas por la mano de la duda, y los interrogantes se acumulan durante las noches en blanco.

Eres tan hermoso encogido en ese recoveco, escuchando el latido nocturno de tus pesadillas, tiritando ante la idea de volverte loco... Sal y déjame verte, déjanos aprender de ti, y besarte y decirte que todo va a salir bien.


9.3.16

πάντα ρεῖ καὶ οὐδὲν μένει

Todo era estático y perfecto, nada se movía, ningún cabo sin atar. Todo milimetricamente medido, todo en su sitio, ni una mota de polvo. Simetría perfecta, dos cuerpos iguales uno frente al otro, luz blanca y sombra gris, un circulo infinito, una ecuación ya resuelta.

Llegó entonces la nada, la noche llena de estrellas demasiado lejanas para brillar, el frío. La extinción, el sueño, la visión, la aparición de la catástrofe. 

Y se desató el Caos, la caída en picado, el vértigo, el grito. La confusión de un furioso remolino, el agua embravecida, la mancha de sangre, el cuchillo, la víctima en el suelo de una habitación. Las manos heladas, el calor del fuego. La negación de la vida, de la muerte y de lo absurdo. La lógica aplastante, la verdad, el corte, la duda, el miedo. Una sentencia de lo eterno oculta desde el principio dentro de un cuerpo perenne.

Nada 
Permanece,
el principio 
es el fin, 
y nadie
nos pertenece.

Vanitas. R. Ferri






2.3.16

Trains.

Aquella canción que solía hacerme pensar en ti ya no lo hace. Ahora habla de mi, de un recuerdo en el que ni siquiera estás presente, de cuando mi pelo era negro y formaba hélices. Supongo que ahora me gusta mas, porque la escucho y me hace sonreír por dentro, aunque ya no te vea. Es la canción de mirar por la ventana de los aviones, la canción de los autobuses, la canción de las despedidas. Es la canción de las horas de espera, y de los atascos, y la de mirar al cielo y ver más allá.

Gracias, pero ahora quiero estar sola. Necesito estar sola. Sin veranos y sin un septiembre amenzandome. Sola, como aquel día en el que paseé y descubrí a los hombres de piedra mirando a las estrellas. Sola, como cuando aprendí a decir la erre. Sola, como cuando morí aquella mañana de agosto. Sola, como siempre lo he estado. Sola, sin ti, ni él, sin nadie. Yo y el mar, y la luna, y el silencio, y mis manos y una canción. Sin pensar en qué decir, en cómo actuar, en lo que necesitas y en para lo que me hagas falta. 

Sola, para escuchar de una vez a todos estos demonios en mi cabeza.



19.2.16

Infidelis.

Me estas arrastrando al dolor, mostrándome el infierno que llevas dentro y que es mi mismo infierno. La breve separación del tiempo y el espacio es lo único que impide que arda el bosque, cubierto de hojas secas. Está lloviendo pero ya se huele el humo entre estas paredes de piedra y estas calles de ceniza. Los dioses están mudos, ¿Por qué ya no me habláis cuando miro al cielo? ¿Por qué habéis puesto en mis manos el peso de mi vida? ¿por qué ya no siento el aire entrando en mis pulmones?. Puedo ver la luz y también las sombras de un legado que se desmorona. El viento y la tormenta golpean mis costados, sucede el naufragio. Ahora aquello que era ya no existe, se disuelve entre el musgo y el rocío, todo aquello que sería desaparece, solo quedas tu, y yo, y la nada. Se abre bajo nuestros pies las más inmensas fauces, la serpiente se ha despertado y nos devora mientras todavía podemos pronunciar nuestros nombres. ¿A donde iremos ahora? sus dientes nos mastican rompiendo nuestros huesos, nuestra carne se quiebra con el veneno de su lengua, bajamos por su fría garganta y su estomago mezcla nuestra materia.
Somos uno.

Termina la vida, comienza la pesadilla. Recordamos los bosques, las calles, la ceniza y la serpiente. El pánico inunda la tierra y los ojos se llenan de lágrimas. No hay vuelta atrás, universos reventando por un instante fugaz, ya concluido. Después de esto no hay futuro, ni vida, ni magia. Cayendo en el abismo siendo todavía un solo cuerpo decidimos apagar la luz de nuestras vidas para siempre,
pues ya no habrá gloria.

Gustave Doré