30.11.14

La cáscara que no sabía si estaba vacía.

''Había una vez, en un reino muy lejano donde los bosques crecían salvajes y los animales eran libres, una cáscara de huevo que no sabía si estaba vacía. Yacía ésta en un nido viejo, en la copa del árbol mas alto del bosque, y se angustiaba al no saber su propio contenido. Preguntaba al sol y preguntaba a la luna qué se escondía en su interior, había preguntado incluso a la salvia del árbol, pero nadie sabía contestarle. Un día de tormenta se cobijó en el viejo nido un halcón fatigado de tanto esquivar rayos y truenos, y se quedó dormido sobre la cáscara. La cáscara se revolvió, y el halcón dio un respingo asustado.

-¿Qué haces aquí tan sola, cáscara de huevo?- preguntó extrañado el halcón.
-Vivo aquí, y no sé si estoy vacía.
-Podríamos comprobarlo ahora mismo si quisieras! -Contestó el halcón, sonriendo.
-Pero ¿cómo?
-Es muy sencillo, te romperé con mi fuerte pico y veremos que hay en tu interior.- El halcón ya se estaba irguiendo y se preparaba para golpear a la pobre cáscara de huevo.
-Pero entonces moriré! No halcón! no me rompas, vete de aquí!- El halcón rió y haciendo una mueca salió volando del nido.

Unas horas mas tarde se apoyó en la rama una lechuza, también fatigada por la tormenta.

-señora lechuza, usted que es tan sabia, podría decirme si estoy vacía?
-Ciertamente, no lo se, pero por tu apariencia podría deducir que lo estás, tu color es pálido y estás fría, seguro que no hay vida en tu interior.- y la lechuza mirando de reojo a la cáscara salió volando perdiéndose entre las ramas del bosque.

La cáscara había perdido toda la esperanza de algún día convertirse en un hermoso pájaro, pasaron los días y estaba triste y desconsolada. Una mañana fría la rama se sacudió, un gorrión se había posado en la rama junto al nido. Se asomó y vio a la cáscara llorando.

-Cascarita ¿Por qué estás tan triste?
-Porque estoy vacía y de mi nada nacerá, no podré nunca convertirme en un pájaro libre!- Dijo entre lágrimas el huevo.
-Pues claro que te convertirás en un pájaro! solo necesitas algo de calor!- Dicho esto, el gorrión se sentó como pudo sobre el huevo, y se echó a dormir. El pequeño gorrión arregló el viejo y destartalado nido y dio calor a la cáscara durante dos días y dos noches. Al cuarto día, el gorrión sintió un temblor, ¡la cáscara se había partido!

-Señor gorrión! míreme, ¡estoy naciendo!
-¿Ves, cascarita? solo necesitabas un poco de calor...Es hora de despedirnos, ahora te toca ser un pajarillo. -La cáscara reía de emoción, mientras un rosado pollito la quebraba desde dentro, deseando nacer. Poco a poco la risa de la cáscara se fue apagando, dando paso al llanto hambriento del pollito, que algún día se convertiría en un precioso petirrojo.


Solo necesitas creer que estás llena de las cosas mas hermosas para poder crear algo extraordinario. 

7.11.14

Sin guión.

Quizá es que no soy lo suficientemente poesía para ti, para nadie. Será por que mi pelo no queda bien recogido en un moño, ni se me marcan las vértebras ni las clavículas, ni tengo los ojos de un color especial. Puede ser que sea porque no fumo, y cuando bebo lo hago en compañía, cerveza o vodka bien frío. No he escrito ningún libro, pero me gustan las flores aunque no lo parezca. Hace tiempo que no se reírme, también puede ser por eso. Puede ser que en realidad no sea nada de lo que estás buscando, quizá sea demasiado cariñosa y te ahogue a abrazos, y prefieres quién te trate como si fueras un pasajero más de cualquier autobús con destino ningunaparte. Todas las cicatrices curiosas que tengo no se ven, están cubiertas por toda esta carne que forma mi cuerpo, no me gusta hacer público lo que estoy haciendo a cada momento, ni lo que como, ni lo que leo. Pero me gusta hablar de todo un poco de una manera sencilla. A veces me enfado con el mundo, supongo que tu también, y ya tenemos algo en común, ¿por qué no soy, entonces, suficiente para ti? ¿por qué no me ves, ni me preguntas, ni me conoces? ''Cada uno tiene lo que merece''. Será que soy incapaz de recordar nombres, y que me cuesta saludar si no me saludan. Debo reconocer que me da bastante miedo la gente. Quizá es que no soy suficientemente poesía en un mundo bien definido y ordenado, tienes que tener bien claro quién eres para poder ser parte de algo. Es como si todo esto fuera un teatro, cada persona tuviera un papel, un guión, y yo estuviera en mitad del escenario danzando e improvisando un discurso sin sentido. Siempre se hace el silencio y se baja el telón, todos se van, se apagan las luces y yo me quedo ahí, sin terminar mi frase y mirando a la nada.