2.3.16

Trains.

Aquella canción que solía hacerme pensar en ti ya no lo hace. Ahora habla de mi, de un recuerdo en el que ni siquiera estás presente, de cuando mi pelo era negro y formaba hélices. Supongo que ahora me gusta mas, porque la escucho y me hace sonreír por dentro, aunque ya no te vea. Es la canción de mirar por la ventana de los aviones, la canción de los autobuses, la canción de las despedidas. Es la canción de las horas de espera, y de los atascos, y la de mirar al cielo y ver más allá.

Gracias, pero ahora quiero estar sola. Necesito estar sola. Sin veranos y sin un septiembre amenzandome. Sola, como aquel día en el que paseé y descubrí a los hombres de piedra mirando a las estrellas. Sola, como cuando aprendí a decir la erre. Sola, como cuando morí aquella mañana de agosto. Sola, como siempre lo he estado. Sola, sin ti, ni él, sin nadie. Yo y el mar, y la luna, y el silencio, y mis manos y una canción. Sin pensar en qué decir, en cómo actuar, en lo que necesitas y en para lo que me hagas falta. 

Sola, para escuchar de una vez a todos estos demonios en mi cabeza.



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